Toda estabilidad emocional pasa por un buen descanso, y al contrario de lo que muchos creen no sólo se trata de un descanso nocturno, sino también diurno. La antesala de la noche es el día; si no tengo un buen día, jamás podré conseguir una buena noche. Hay algunos afortunados que sólo tienen una mala noche cuando algo grave ha pasado y existe una preocupación elevada. Otros, sin embargo, ven sus noches interrumpidas o interminables debido a los pensamientos de los pequeños sucesos del día o por cualquier tipo de preocupación.

¿Tu descanso es el adecuado?, ¿y el de tu familia?

Nuestros días se componen de prisas, poco tiempo para nosotros y estrés. Este último, viene dado por múltiples razones: llegar a tiempo a los sitios, que salga bien una reunión, lograr terminar el trabajo del día, llegar a una comida/cena, que no nos cierren una tienda, etc. Para estar estresados no es necesario tener a alguien tóxico al lado o tener un problema; tan solo el hecho de correr para llegar a los sitios ya puede suponer estrés.

Estas píldoras de estrés del día a día deberían ir compensándose por pequeños momentos de tranquilidad, que por supuesto no tienen que ser una hora de Pilates, Yoga, deporte, amigos, etc. Si lo son, infinitamente mejor, pero si no somos tan afortunados; siempre podremos tener a nuestra disposición una serie de estrategias y herramientas como:

  • Escuchar una canción que nos guste sin hacer nada más. No vale estar mirando el móvil, contestando a un email, estar hablando con alguien en ese mismo momento…Se trata de escuchar la canción con atención plena, de disfrutarla, de cantarla en alto si podemos o simplemente cerrar los ojos para imaginárnosla en algún lugar agradable.
Disfruta escuchando música relajante
  • Comer una fruta mirando una planta, el césped de un jardín, el mar, un árbol, el cielo (algún elemento de la naturaleza); mientras nos concentremos en los sentidos: degustamos los sabores, texturas, líquido…no tiene que llevarnos más de un minuto pero de nuevo no podemos estar haciendo otras cosas.
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Come sano y disfruta haciéndolo

Hacer una meditación guiada de cinco minutos. Las podemos encontrar en YouTube y solo tenemos que sentarnos en una silla con la espalada recta, las manos apoyadas en nuestros muslos, cerrar los ojos y concentrarnos en lo que nos van diciendo. Podemos utilizar cascos e incluso hacerla en nuestro puesto de trabajo.

Haz una parada en tu día para meditar
Escúchate
  • Echarnos crema de modo consciente, sintiendo nuestras manos y las diferentes partes de nuestro cuerpo, como si masajeásemos o acariciásemos. Para esto no necesitamos más tiempo del que diariamente empleemos, solo poner conciencia por corto que sea al tacto sobre nuestra piel y a lo agradable que resulta.
Cuídate como más te guste
  • Practicar la escucha activa al hablar con alguien. Durante muchos momento de nuestro día nos paramos a hablar con gente y la mayoría de ellos nuestra cabeza está saliendo y entrando de la conversación. Practicar la escucha activa de forma consciente es una forma de parar y conectar con el otro sin pensar en lo nuestro y no es tan fácil como pensamos.
Práctica la escucha activa
Disfruta de tus amistades
  • Parar cinco minutos y simplemente observar: fíjate en algún objeto y analízalo, encuentra algo en lo que no te hayas fijado antes, aunque lo veas todos los días. Procura escucha los sonidos de fondo que hay en ese lugar, no las conversaciones de alrededor, ¿se oye un zumbido, el viento, los pájaros, la maquina de aire acondicionado?
Para, descansa, relájate.
Regálate momentos de paz

Se trata de recordarnos a nosotros mismos que paremos, que hagamos un descanso mental CONSCIENTE: conéctate contigo, con la naturaleza, con alguien pero hazlo de forma plena.

Muchos despertares nocturnos son precisamente debidos a esto: no me he parado a atenderme durante todo el día y mi cerebro necesita despertarse ahora para que me haga el caso que no me he hecho aún.

Otras veces nos despertamos pensado en cosas a las que no hemos llegado o que tendremos al día siguiente. Si es este tu caso, tiene fácil solución: pon una libreta y un lápiz en tu mesilla de noche y antes de apagar la luz escribe todo lo que se te ha quedado pendiente. De ese modo, dejará de despertarte, ya no hará falta, ya lo has anotado y tu cerebro se ha quedado en paz.

Igual que si hay algo que te atormenta de tu día a día, algo que siempre se repite y que no sabes cómo cambiarlo utiliza la técnica del ¿por qué?. Se trata de preguntar por qué se da esa situación. Cuando tengas la respuesta, pregunta porqué de nuevo y así las veces que haga falta hasta llegar a la raíz del problema y/o a la posible solución. Normalmente se consigue a la quinta vez que nos cuestionamos algo.

Los seres humanos, cada día nos llenamos de toxicidad y tenemos la enorme capacidad y suerte de poder limpiar de tóxicos las autopistas neuronales de nuestro cerebro. Para ello, necesitamos dormir entre 7 y 9 horas diarias y cuando no llegamos a esas horas de descanso significa que a los barrenderos encargados de limpiar la toxicidad no les ha dado tiempo a dejar las carreteras impolutas y como consecuencia estaré acumulando la toxicidad de ese día más la que ya traía, las comidas que realice serán más calórica (para compensar esa falta de sueño) mi humor no será el mismo y es posible que incluso tenga alguna reacción poco adecuada o exagerada.

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En definitiva, recuerda cuidar mucho tu día y dormir las horas suficientes para estar emocionalmente estable y tener todo el autocontrol que necesites.

Sólo podrás cuidar de los que más quieres al cuidar de ti.

No dudes en contactar conmigo a través de Marbella Family o a través de mi web, que estaré encantada de ofreceros más trucos para un buen descanso.

Sandra Moro  

Psicóloga y Experta del sueño y del descanso

www.sandramoro.com